En la Escuela infantil del barrio del Pilar ponemos en tu conocimiento que las últimas teorías publicadas por diversos psicólogos clínicos cuestionan la utilidad de mandar a los niños que se portan mal al rincón de pensar o a una silla especial para aislarlos del resto de sus compañeros. 

Son profesionales que defienden que este tipo de decisiones carece de utilidad; no resultan decisiones educativas porque, en realidad, suponen un castigo encubierto. Una medida punitiva mucho más civilizada que golpear a un alumno o ponerlo de rodillas sosteniendo varios tomos de libros en los brazos. Pero civilizada o no, sigue siendo una sanción.

Es algo que hemos comprobado en la Escuela infantil del barrio del Pilar porque resulta evidente que el correctivo se impone siguiendo el mismo esquema de siempre: alguien, desde su superioridad, inflige un castigo a un ser inferior sin que la decisión tenga demasiada utilidad.

En realidad, cuando castigas a un menor solo consigues dos cosas: minar su autoestima y que se rompa algo del vínculo emocional que os une. Porque ir a ese rincón no es más que un castigo encubierto que no conduce a nada. Y recurriendo a él no conseguirás convencer a tu hijo o alumno. Los niños solo dejarán de hacer algo que esté mal por miedo al castigo. Pero así no se educa.

Y es que un niño pequeño aislado, enfadado y preso de la ira, no tiene capacidad para reflexionar. Por lo tanto, el castigo carece de sentido, no sirve para nada. 

Lo realmente inteligente es que lo calmes ayudándole a superar la pataleta. Porque el pequeño no tiene capacidad para pensar por sí solo; necesita que le ayudes, que lo conduzcas por el proceso de reflexión. Solo así podrás convencerlo. Algo muy importante porque la mejor manera de educar es convencer.

Tenlo en cuenta. Y recuerda que estamos a tu disposición en Peques School.